domingo, 25 de enero de 2015
Big Hero 6
Otra titulo que quería reseñar es Big Hero 6, Hablar de una nueva película de animación de Disney es hablar de éxito, más aún en este siglo cuando la animación digital llegó para quedarse en la compañía con la compra de Pixar. La fusión entre ambas es total, y buena muestra de ello son las últimas aventuras de animación producidas por la factoría fundada por Walt hace años, con un Frozen y Enredados muy en la linea clásica de entonces, y un Rompe Ralph y la película que nos ocupa, Big Hero 6, dando pasos agigantados hacia historias más modernas.
“Big Hero 6″ es un ejercicio de alquimia cinematográfica que logra mezclar de manera perfectamente equilibrada los mejores ingredientes de Disney, Pixar y Marvel.
La acción se sitúa en una ciudad llamada San Frasokyo, donde vive Hiro Hamada, un chico prodigio de la robótica y la tecnología, con los problemas típicos del adolescente que busca su lugar en el mundo.
Pronto Hiro tendrá que enfrentarse a una doble pérdida, han robado su invento de poderosos mini robots y lo más lamentable y difícil de llevar para el chico, la accidentada muerte de su hermano, referente en su vida que recién le había mostrado el último y más importante de sus inventos, Baymax, un asistente médico personalizado.
Así, el trágico destino de Hiro lo pone de frente a su nueva realidad, de la genialidad el chico pasará a convertirse en todo un héroe, y con un grupo de amigos dotados de ciertas características especiales, y con el robot Baymax, formarán un grupo de nuevos superhéroes que irán detrás de un malvado enmascarado, culpable de robar los mini robots y de causar el incendio en que murió su hermano.
Big Hero 6 recarga su encanto en Baymax, el querible robot creado como auxiliar médico, con un aspecto bastante bonachón y en la relación que éste establece con Hiro, ambos irán descubriendo y trazando sus nuevos caminos y posibilidades, como dos amigos que se encuentran en el camino y juntos crecerán, además que en parte sustituye para Hiro la imagen del hermano fallecido.
La película funciona todo el tiempo, desde la crisis existencial del adolescente, nunca recargándose en un melodrama, la creación del grupo de amigos superhéroes, no valiéndose de estereotipos y sobre todo, en la entrañable amistad entre Hiro y Baymax, siempre cargadas de mucho humor y acción, que disfrutarán los pequeños y sin duda, aun mucho más los mayores.
Whiplash
El otro estreno que he visto esta semana es un peliculón para amantes de la música Jazz y la Batería como instrumento musical, Whiplash narra la historia de Andrew Neiman, un joven y ambicioso baterísta de jazz, cuyo objetivo es triunfar en el elitista Conservatorio de Música de la Costa Este en el que estudia. Marcado por el fracaso de la carrera literaria de su padre, Andrew alberga sueños de grandeza. Terence Fletcher, un profesor conocido tanto por su talento como por sus rigurosos métodos de enseñanza, dirige el mejor conjunto de jazz del Conservatorio. Cuando Fletcher elige a Andrew para formar parte del conjunto musical que dirige, cambia para siempre la vida del joven.
El director Chazelle consigue con Whiplash una conjunción perfecta entre el amor a la música y el desarrollo de sus personajes. Plano a plano la película parece construirse sólo con acordes, golpes de baquetas y resonar de las trompetas, una mezcla musical fantástica que se mueve entre Caravan y Whiplash, jazz potente que aún retumba en mis oídos.
Pero no sólo de música vive esta película, ya que Chazelle consigue que profesor y alumno entren en una batalla épica de redobles y platillos, haciendo que el espectador abandone su posición pasiva y participe de forma activa en su historia.
Una película que despierta la pasión por la música, aunque sea mínima, que todos llevamos dentro, y el culpable no es sólo el director, sino que sus dos protagonistas, un soberbio J.K. Simmons y un apabullante Miles Teller, ponen la piel de gallina. Una máxima que dejan bien patente en todo momento es esa búsqueda de la perfección, esa obsesión (a veces malsana) de alcanzar un nivel casi inalcanzable, algo que comparten ambos protagonistas, cada uno a su manera y por caminos distintos. Esa obsesión queda también muy bien reflejada en su difícil relación: dura, sufrida, pero llena de pasión, una pasión explosiva con un zenit inmejorable.
Llama la atención el tratamiento del sonido en Whiplash y su perfecta sintonía con la imagen. No es algo raro si tenemos en cuenta que su director es un amante reconocido de la música en general y del jazz en particular, y ese amor se nota que lo ha traslado a su mano y a su objetivo. El montaje de imágenes, repetimos, va en sintonía al sonido, a ese tronar de la batería, a los acordes de sus dos temas principales, con lo que da un ritmo trepidante (faltaría sólo eso) y un fluir de la historia muy acertado, porque no sólo de música vive Whiplash, aunque así su personaje lo pretenda con el tratamiento que de su vida real da, encontrada con su vida profesional, o la obsesión de alcanzar la maestría detrás de una batería.
Una maravilla del cine entregada a la música que tanto cinéfilos como melómanos no pueden dejar escapar. No es de extrañar por ello que tanto el público como el jurado del Festival de Sundance 2013 sucumbieran a sus encantos.
V3nganza (Venganza 3)
Esta semana he visto un par de estrenos muy buenos que quiero reseñar, la primera es la tercera parte de la saga Venganza de Liam Neeson y producida por Luc Besson, Liam en su papel de Bryan Mills es indestructible, practicamente inmortal y muy eficiente cuando se trata de venganzas personales. Ya desde su aparición en la primera Venganza (la mejor de la trilogía sin lugar a dudas) dejó claro que si tienes algun problema con él o su familia, mejor resuélvelo con diálogo. De lo contrario te buscará, te encontrará y te matará.
Y Venganza 3 va, precisamente de ésto. De explotar una vez más la misma fórmula que sus dos predecesoras. El escenario es diferente y el motivo por el cual Liam debe desplegar todos sus recursos de ex-agente de la CIA algo distintos, pero el resultado el mismo: tiros, persecuciones, explosiones, situaciones extremas poco creibles y ostias como panes...
V3nganza a nivel de guión y de entretenimiento, no llega ni mucho menos al nivel de su primera parte, donde un Neeson más joven y más pragmático en sus acciones, repartia mucho más y mejor, sin necesidad de utilizar tanto el gatillo como en esta tercera entrega.
En resumen, creo que para pasar un rato entretenido en una sala de cine, es una pelicula apta para ello. Pero eso si, no le busqueis tres pies al gato intentando entender porque los policias siempre son tan ineptos, porque los malos siempre mueren aunque esten armados hasta los dientes y porque Bryan Mills siempre encuentra una solución a cualquier situación saliendo indemne de ella, porque la respuesta siempre será la misma: venganza.
Sinopsis: La vida del ex-agente especial Bryan Mills (Liam Neeson) se ve inesperadamente truncada tras el brutal asesinato de su ex mujer. Tras ser acusado de su muerte, se ve obligado a huir de la implacable persecución de la CIA, el FBI y la policía. Una vez más, deberá usar sus “habilidades especiales” para hacer justicia, dar caza a los verdaderos asesinos y proteger lo único que le queda en la vida: su hija.
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