lunes, 19 de marzo de 2012

Acero puro


Hace unos días estuve viendo Acero Puro la ultima película de Hugh Jackman, la verdad es que este filme resulta mucho mejor de lo que uno se espera a priori. Además de la afable sorpresa que supone, que incluso me parece una buena película.

Nunca pensé que presenciaría una versión robótica de “Rocky” en un cine, pero mira tú por dónde que bien podríamos definir al filme que nos atañe de esa manera. Para ser exactos “Acero puro” es el resultado de meter en una coctelera a “Yo, el halcón”, “Rocky” y “Transformers”. Puede que no sea una película del todo original, pero al menos, en mi opinión, es una de las cintas más frescas y agradables que he visto en mucho tiempo.


No se preocupen si creen que la historia va a gravitar sobre un lacrimógeno drama de padre e hijo a la antigua usanza, ya que os aseguro que en ningún momento cae en vomitivos lloriqueos ni en abusar del sentimentalismo barato. De acuerdo que tiene su toque sentimentaloide y que tiene algún que otro tópico (como el del padre desastre y el niño sabihondo), pero permítanme que les diga que la historia no está nada mal y, además, incluso resulta entretenida de principio a fin.

Sobre el apartado técnico y las interpretaciones seré breve. Todo el aspecto técnico del producto es muy bueno: los robots son alucinantes, no me los imagino mejor hechos, y los combates son apasionantes (el duelo final incluso te hace levantarte del asiento para animar… ¡Jajaja!).


El elenco de actores cumple con creces en sus roles interpretativos (ninguno hace el papelón de su vida, pero tampoco desentona). Por último, y a pesar de que su papel es secundario, quiero hacer una mención especial a Evangeline Lilly de la serie Perdidos, la cual se ve radiante en los pocos minutos que le dan y, encima, hace que la parte romanticona de la historia no moleste para nada.

SINOPSIS: En un futuro no muy lejano el boxeo es robótico: en los combates ya no se enfrentan seres humanos, sino robots humanoides, sofisticadas máquinas diseñadas para luchar. Charlie Kenton, un antiguo púgil que casi llegó a alcanzar la gloria, está pasando una mala racha como promotor de combates. Un día, encuentra un viejo robot desechado y, al comprobar que es un gran boxeador, decide entrenarlo.

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