miércoles, 14 de septiembre de 2011

Noche de miedo


Acabo de ver el remake de Noche de miedo, un clásico de los ochenta en el que se mezclaba la comedia con las películas de vampiros. Entre tanto remake lo cierto es que el de Noche de Miedo tenía bastante sentido ya que en pleno boom vampirístico con los adolescentes soltando hormonas delante de Crepúsculo y True Blood, este remake podría suponer un soplo de aire fresco, además de actualizar una película a la que el tiempo había dejado bastante envejecida.


Realmente es difícil encontrar variaciones entre los personajes de esta y los de la película de Holland, cuesta saber si Farrell es mejor Jerry que Chris Sarandon o elegir entre William Ragsdale y Anton Yelchin. Lo que no cabe duda es que una vez más Peter Vincent vuelve a ser el amo y señor de la función, pese a ser el único personaje que cambia drásticamente. Convertido en esta ocasión en un mago de las vegas, del que más tarde descubriremos su turbio pasado. Su desparpajo y singularidad impregnan la pantalla a golpes de frases tan demoledoras como “Soy como las tías, si me emborrachas hago lo que sea”. Desde luego el buen hacer de David Tennant tiene mucho que ver para que el personaje funcione a la perfección.

Noche de miedo es un remake justificado, bien realizado, con buen ritmo para no aburrise viendola y que en ningún momento huele a refrito, y que supone una sana y divertida alternativa a esos nuevos vampiros de medio pelo que nada tienen que ver con lo que siempre nos hicieron creer tiempo atrás.


SINOPSIS: Durante su último año en el instituto, Charlie Brewster (Anton Yelchin) parece que por fin ha alcanzado todos sus objetivos: es uno de los estudiantes más valorados y sale con la chica más deseada del centro. Su popularidad es tal que ha comenzado a dejar de lado a su mejor amigo. Sin embargo, cuando Jerry (Colin Farrell) se convierte en su vecino, aunque, al principio, le parece un tipo genial, con el paso del tiempo empieza a percibir en él algo extraño. Desgraciadamente nadie, ni siquiera la madre de Charlie (Toni Collette), se da cuenta de nada. Después de observar que en la casa de Jerry pasan cosas extrañas, Charlie llega a la conclusión de que su vecino es un vampiro que se sirve del vecindario para cazar a sus presas. Ante la incredulidad de los demás, el protagonista deberá ingeniárselas para deshacerse del monstruo por sí solo en esta moderna versión del clásico de la comedia y el terror dirigida por Craig Gillespie.

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