domingo, 5 de agosto de 2012

Tengo ganas de ti (3MSC 2)


El otro dia estuve viendo la segunda parte de 3 metros sobre el cielo, con Tengo Ganas de Ti regresa el fenómeno adolescente que ya arrasó hace unos años con "Tres Metros Sobre el Cielo" esta película tuvo un considerable éxito en taquilla, por lo que era de esperar que hicieran esta segunda parte, adaptando otra de las novelas de Federico Moccia.

En esta segunda parte Hache (Mario Casas) ha vuelto a casa tras pasar una temporada en Londres tratando de olvidar el recuerdo imborrable de su amor por Babi (María Valverde). Al regresar, verá que todo ha cambiado, sus amigos, su entorno, su familia e incluso él y, en mitad de ese desconcierto, conocerá a la sexy Gin (Clara Lago), una chica de espíritu descarado, vitalista y desvergonzado que le hará creer que es posible volver a revivir la magia del amor. Pero tarde o temprano tendrá que hacer frente a su pasado…


A lo largo de la película se repite más de una vez una simple idea, perfecta para definir la relación entre ambas películas. Vendría a decir que, con el tiempo, todo cambia, para lo bueno y para lo malo. Los personajes han crecido junto con la historia y eso se nota, tanto en la manera de enfocar la trama por parte del director como en la evolución de los protagonistas, más maduros y con más traumas y conflictos interiores que en la primera entrega. Mientras que 3 metros sobre el cielo era un producto exclusivamente juvenil y un filme de “blancos y negros” en el sentido de que todo se llevaba a los extremos —o se amaban locamente o se odiaban a muerte, o eran amigos o eran enemigos, o eran inmensamente felices o eran completamente desgraciados…—, éste es un filme de “grises” donde nada es tan idílico ni tan trágico como en su antecesora, donde los sentimientos manifiestan dudas y donde, en definitiva, todo es más cercano a la realidad.

Pese a ello, no hay que lanzar las campanas al vuelo, puesto que a la cinta le cuesta desprenderse de ese romanticismo maniqueísta que arrastra y, el guión, a medida que avanza la película, deja a la luz sus constantes altibajos y su ansia de abarcar varios temas sin profundizar en ellos, hecho que da lugar a escenas “metidas con calzador” —véase la historia de la hermana de Babi— y a una narración un tanto abrupta. En su favor hay que remarcar la acertada reducción del número de clichés y escenas cursis que contenía la primera parte, en pro de una aproximación a los mismos temas (el enamoramiento y el desamor) desde una vertiente un poco más sazonada.


Dado que la gran mayoría del equipo técnico repite otra vez, el aspecto visual de la cinta sigue los mismos patrones que su antecesora. La película no va a pasar a los anales de la historia por su calidad técnica pero hay que reconocer la sensibilidad que Fernando González desprende con su puesta en escena. Cuida el más mínimo detalle para reflejar esa estética juvenil actual. Mima a sus actores principales para que luzcan como Apolíneo —esa fotografía aderezada para remarcar hasta el último abdominal de Mario Casas— y logra mostrar ciertos parajes de Barcelona con la naturaleza bucólica que se merecen.

He dejado para el final el elemento que hace de Tengo ganas de ti un entretenimiento simpático y que aporta ese toque de frescura y descaro que le faltaba a 3 metros sobre el cielo, Clara Lago. Esta actriz madrileña de 22 años ha sido una elección excelente para interpretar al personaje de Gin. Con esa mezcla equilibrada entre su semblante juvenil y su fuerte personalidad es la perfecta versión femenina de Hache. Una chica que hace lo que le da la gana y no le da explicaciones a nadie como dice el personaje de Mario Casas. Ambos comparten una química que traspasa la pantalla y llega a los espectadores y es ahí, en la relación entre ellos dos, cuando la película funciona mejor, dejando en un segundo plano a la historia del personaje de María Valverde.
                                                                                                                                                                       

Cabe destacar también el plantel de secundarios capitaneados por una pletórica Marina Salas que se confirma —si no lo era ya— como una de las mejores actrices jóvenes del cine español. Repitiendo el mismo papel, esta vez interpreta a una Katina compungida y afligida con la misma contundencia y precisión con la que interpretó a la risueña Katina de 3 metros sobre el cielo.

En definitiva, los que se acerquen a esta segunda parte esperando ver lo mismo que en la primera se verán decepcionados. Para los que se hayan leído los libros ya sabrán que, dicho de una forma fácil y sencilla, Tengo ganas de ti es el hermano mayor de 3 metros sobre el cielo. Los personajes han madurado y han dejado de lado las carreras de motos ilegales, las peleas entre los machitos de grupo y la historia de amor es tratada de una forma más reflexiva y prudente que en la almibarada primera parte.

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