lunes, 7 de marzo de 2016

Regresión


Alejandro Amenábar es un gran narrador de historias, y en Regresión deja claro que conoce y domina las reglas del juego, por eso se propone jugar con ellas. Desde varios planos subjetivos donde vemos, oimos y sentimos lo mismo que personajes clave, hasta una multitud de enfoques y desenfoques claros, el director de "Los Otros" va introduciéndonos en la historia y en la trama, acercándonos a los personajes de una manera muy personal.

Ahora... ¿Qué pasa cuando entramos? Podemos encontrar una puesta en escena muy trabajada e inquietante en escenas nocturnas, sobre todo en la escena donde el detective Bruce Kenner (interpretado más que correctamente por Ethan Hawke) "ve" el ritual en el trastero con la cinta (una escena muy aterradora y clave para entender la película). Una pena que esta característica de una gran puesta en escena se limite a ciertos momentos y no pase de un mero pueblo lluvioso y una pequeña comisaría en la mayoría del film.

Otra cosa que nos encontramos al profundizar en la película es la vida de los personajes. Amenábar se ha caracterizado por crear personajes de una personalidad muy fuerte, característica y definida, que marca la película. Con Emma Watson lo consigue (¡y de qué manera!) pero ni siquiera lo intenta con su claro protagonista, falto de una conexión con la que el espectador pueda identificarse cuando su terreno personal se ve invadido. Como digo, Angela será el personaje que se recuerde del regreso de Amenábar tras 6 años.


Con el resto de personajes ha llevado a cabo un intento de película coral, definiendo eso sí muy bien la situación y mentalidad de cada uno de ellos. Nos interesa tanto por qué se fue el hermano como por qué sufre la abuela. No hay personajes de relleno en esta película.

Hablando de los personajes, la película cuenta con un ritmo constante heredero de la serie de TV "True Detective", ya que en cada escena adquirimos más datos del caso y vamos construyendo un esquema mental. Es una pena que de algunos pasos en falso y algunas pistas sean demasiado evidentes y hasta tontas.

Antes de entrar con el punto fuerte de la película como es la historia y su fondo, me gustaría señalar algo que de ser verdad (espero que no) restaría bastante valor al film. Es más que inevitable su comparación con el film de 2011 "Intruders" (Juan Carlos Fresnadillo), y no hablo del factor común de ser una película española con actores extranjeros, sino de la propia esencia (e incluso la resolución) de lo nuevo de Amenábar.

Ambas películas son obras SOBRE el miedo, aunque tengan pinta DE miedo. Ambas presentan dramas familiares con niños de por medio, ambas hablan de traumas, de familias desestructuradas y del miedo irracional desde el punto de vista más racional posible, jugando visualmente a través del lenguaje cinematográfico con el espectador hasta la resolución final. Y no digo más para no destripar ninguna de las dos más que buenas películas españolas. No sé qué idea germinó primero, pero desde luego "Regresion" guarda demasiados parecidos con "Intruders".


Comparaciones aparte, estamos ante un guión con un toque totalmente Amenábar, un cóctel entre "Los Otros", "Abre los ojos" y "Ágora", ambas del mismo director. Terror sin explicación razonado con una doble teoría más que sólida y una defensa clara de la racionalidad frente a la irracionalidad de la fé. Y es que ese no deja de ser el mensaje más claro del film, que ya se vislumbraba perfectamente en la anterior película del director, protagonizada por Rachel Weisz, una Hipatia que ahora ha sido traída al año 1990.

La decisión de la resolución final es el toque perfecto para acabar de transmitir su mensaje sin recurrir a unos clichés ya demasiado visibles a lo largo del metraje (vuelvo a recalcar que estamos ante un gran Amenábar que no llega a la perfección y cae en algunas trampas). Una mirada crítica a la fe en sus dos polos opuestos, el bien y el mal, harán sentir que las palabras que salen de la boca de Ethan Hawke son pronunciadas por el propio guionista y director. Más allá de esta crítica, Amenábar introduce algunos temas más que interesantes y candentes muy delicadamente como son el abuso a menores, las sectas satánicas, el suicidio, la depresión, el alcoholismo...

Una pena que (casi) todos ellos caigan en detrimento de una más que justificada y bien introducida mentalidad del director que, una vez y más y como si no hubiera pasado el tiempo, vuelve a ser el sello Amenábar.



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