miércoles, 24 de junio de 2015

Insidious: Capítulo 3



Ayer estuve viendo Insidious capitulo 3, la película está producida por el genio del terror del siglo XXI, James Wan (director de las dos primeras entregas además de ‘The Conjuring: Expediente Warren o ‘Saw’), pero dirigida en esta ocasión por su amigo –además de coguionista en toda la franquicia junto al propio Wan (en ésta en solitario) y de actor fetiche– Leigh Whannell, suponiendo de esta manera su debut en el largometraje.

La película se trata de una precuela y con ella viajaremos a tiempos previos a la aparición de la familia Lambert –ya saben, interpretados por Patrick Wilson y Rose Byrne–. En ella conoceremos a Quinn Brenner (Stefanie Scott), una joven adolescente y huérfana de madre que para poder comunicarse con ella contacta con una reacia y recién enviudada Elise (Lin Shaye), la médium de las primeras entregas y símbolo icónico de la franquicia. Cuando Elise descubre que Quinn está en peligro, decide abandonar sus miedos y retomar sus habilidades con el inframundo para liberar a la joven y su familia (Dermot Mulroney interpreta al padre) de tal demoníaca presencia. Para ello contará con la ayuda de un par de supuestos especialistas en parapsicología muy especiales (uno de ellos interpretado por el propio director, Leigh Whannell).


Efectivamente la película está muy vista. Tiene un transcurrir muy convencional, yendo de menos a más, y reservando para su parte final toda la carne en el asador. Técnicamente la película es interesante, pues no escatima en modalidad de planos (cenitales, a ras de suelo, picados…) y utiliza el sonido –los golpes de sonido más bien– para provocar el susto, efectivo eso sí, pero fácil también. Si hace poco veíamos una película de terror atmosférico donde basaba su tensión en la creación de ambientes y ambigüedad trabajadísima (la magnífica ‘It Follows’), hoy palpamos otra manera de hacer cine de terror: Un cine mucho más palomitero, menos ingenioso, aunque casi igualmente exitoso en taquilla. Y es que el terror vende.


 Dentro de lo escueto del guion y lo limitado del reparto (Delmot Mulroney pone su rostro como lo más reconocible del mismo) el film minimiza su encanto al descubrimiento sobre la figura de Elise, guía más allá de los muertos gracias a su ya mítico farolillo, y a la presencia del personaje friki ochentero de Tucker (Angus Sampson), esa versión blanca de M.A. híbrido con los cazafantasmas que sacará más de una carcajada en ese mencionado giro a la parodia.

Por lo demás, una película más de género que seguro que distraerá a los más fans y de la que deben huir el resto de espectadores. La peor de toda la franquicia.


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